¿”Sorpresononón” o “fracasototote”?

Un desconocido y contundente San Luis aprovechó los regalos de un desconocido y desorganizado León

¿Exceso de confianza? ¿cansancio físico? ¿cansancio emocional? ¿falta de concentración? ¿subestimar al rival? ¿desorganización? ¿cuál será la respuesta correcta para explicar porqué León se quedó en la fase de repechaje del Clausura 2023? Lo cierto es que contra todo pronóstico, pero con la inercia de este repechaje, San Luis ganó la eliminatoria de manera justa y contundente en la cancha del Glorioso. 

Alguien tendrá que convencer a Carlitos Vela que los de verde de hoy eran los gemelos malos de los jugadores que van a la final. Porque si los brasileños Bonatini y Vitinha hicieron sufrir a la Fiera, imaginen que podría hacer Carlitos. El partido comenzó a tambor batiente con el clásico gol de Dávila. Sin embargo, por alguna razón que no alcanzamos a comprender muy bien, Bonatini recibió un regalo de Adonis Frías para empatar el duelo. Ese gol llenó de confianza a San Luis. En la previa, hicimos énfasis en la concentración. Si había concentración, el juego sería más fácil. También en la previa reconocimos que San Luis era un equipo bien trabajado, un sólido bloque. Se juntaron el hambre y las ganas de comer. Mención especial para el arquero sanluisino Andrés Sánchez, hizo olvidar a Barovero.

La insistencia en ofensiva de León fue buena en el primer tiempo. Tuvimos emociones y buenas llegadas en las dos áreas. Mientras los esmeraldas dieron emoción al juego, la contundencia fue de los visitantes. Aprovecharon los espacios que encontraron tanto Murillo, Vitinho y Bonatini. Ninguno se cansó de hacer daño al espacio y León cada vez se notaba más partido en la búsqueda del gol.. Sinceramente, no se le había visto un nivel así a San Luis en mucho tiempo. Su mejor juego con André Jardine.

Todos los méritos de San Luis fueron deméritos de León. Cada partido es totalmente diferente al anterior, pero no hay color del nivel de concentración e intensidad de la versión verdiblanca en semis contra Tigres a la versión que vimos contra San Luis, sobre todo en el segundo tiempo. Los cambios no funcionaron. León fue incapaz de encontrar resquicios en la zaga potosina, sin un nueve de referencia, sin desborde, confiando mucho en la táctica fija y con tiros lejanos sin mucho peligro, todo se derrumbó en dos conceptos: falta de intensidad y falta de orden.

El resultado es decepcionante y la afición lo dejó patente y no lo olvidará tan fácil. Al final, no hubo empaque para competir en dos torneos, pero queda un premio gordo. Para ganar la Concachampions hay mucho que volver a trabajar, hay mucho qué recuperar y se debe pasar página rápido de este tropiezo. Por cierto, ojalá Carlitos Vela no haya visto el partido y se haya ido a ver los playoffs del basket. 

¡Dale León!

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