La Tota Carbajal el leonés por adopción que siempre será leyenda

La Tota Carbajal entregó su vida por León

La Tota Carbajal siempre fue una persona encantadora. Siempre sonriente, siempre servicial, siempre lleno de energía, siempre observador, siempre mordaz, siempre dispuesto a tenderle una mano a quién o quiénes lo necesitaran. En León, tuvimos la dicha de tenerlo entre nosotros, cualquier persona que se le acercara por una palabra, una foto, un autógrafo lo tenía. Don Antonio Carbajal siempre estuvo a la altura de su enorme leyenda. 

Quiénes pudimos platicar con él lo tendremos en alta estima; vamos a atesorar esas veces que estuvimos cerca de una de las más grandes leyendas de este deporte. Esa forma de llevar la conversación con alguna que otra palabrota. De repetir pacientemente todas las anécdotas en su vida de atleta de alto rendimiento a cada periodista (joven o con gran recorrido) que lo entrevistó, era parte de su carisma. 

Por supuesto, hay mil anécdotas de él, nos daría para escribir un par de libros enteros. Algunos de nuestro staff lo vivieron de cerca. Por ejemplo, cuando le llevamos videos de sus partidos mundialistas completos. Vio el último juego que disputó, 0-0 contra Uruguay en el Mundial del ’66. Ahí se acordó de aquella mítica frase que le nació bajó el lluvioso cielo de Londres: “Ese día, el cielo lloró”.  También, dijo que les mostraría esos partidos a los chicos del centro de adicciones que dirigía.

Él, inexplicablemente, no se quería quedar atrás por el detalle que recibió. Entregó unas bellísimas tarjetas conmemorativas de todos los Mundiales. Y remató: “Llévatelas, la FIFA me manda desde Suiza todo lo que les pida”. Hoy es un día muy triste porque nos deja esa persona que sabíamos que siempre estaba. Un leonés ilustre por adopción. Una celebridad que entregó su vida por León, tanto para el equipo como con su trabajo social y llegó a los más alto. ¡Jamás olvidaremos esa sonrisa! ¡Buen viaje, Tota! 

¡Dale León!

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