Es tan sólo un rumor, parte de las leyendas urbanas, pero se cuenta que el Mundial de 1942 sí se jugó. El lugar, supuestamente fue en la Patagonia argentina.
                                Omar Fares
Agencia Reforma
Es tan sólo un rumor, parte de las leyendas urbanas, pero se cuenta que el Mundial de 1942 sí se jugó. El lugar, supuestamente fue en la Patagonia argentina. Sin embargo, no existen pruebas fehacientes como testimonios, fotografías o alguna película que haya registrado el evento. Es tal cual, una historia de fantasmas.
La década de 1930 representó el despegue del futbol a nivel mundial. Justo, al inicio del decenio, Uruguay fue sede de la primera Copa del Mundo en 1930.
A partir de entonces se tomó la decisión que el certamen se llevaría cabo cada cuatro años como sucedió posteriormente en los Mundiales de Italia 1934 y Francia 1938.
El siguiente Mundial estaba programado para 1942 y su sede sería Alemania que, ya en 1936 había sido sede de los Juegos Olímpicos en Berlín. Otros países que se habían postulado eran Argentina y Brasil.
Sin embargo, en septiembre de 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial, y conforme avanzó el tiempo, lejos de encontrar una pronta solución el conflicto creció por lo que los eventos internacionales en Europa se fueron cancelando lo que finalmente pasó con el Mundial de 1942.
Italia era el vigente campeón del mundo tras ganar el Mundial de Francia 1938, por lo que el trofeo Jules Rimet se encontraba guardada en el Banco de Roma. Pero al iniciar el conflicto bélico, el entonces presidente de la Federación Italiana de Futbol, Ottorino Barassi tenía temor de que los soldados alemanes quisieran apropiarse de la copa como un trofeo de guerra, por lo cual decidió ir al Banco de Roma, tomar el preciado objeto y lo escondió bajo su cama en una caja de zapatos.
Lo que se cuenta de lo sucedido en aquella época es que, al no poder realizarse el Mundial en Alemania en 1942, en la Patagonia argentina se realizó una especie de Mundial entre selecciones no reconocidas por sus respectivas federaciones como Argentina, Alemania, Italia, Polonia, Francia, España, Inglaterra y Paraguay, y además un representativo integrado por indígenas mapuches autonombrado Patagonia.
Según consigna el historiador chileno Luis Felipe Silva Schurmann en su libro El futbol y la guerra (entre balas y balones), los integrantes de cada selección eran trabajadores de dichas regiones del mundo que se encontraban en la Patagonia argentina construyendo una presa e instalado equipos para el servicio del telégrafo.
Al ser un Mundial desorganizado, ninguna selección portaba la ropa deportiva distintiva de sus países, y al ser nueve equipos se dividieron en grupos de tres en los que se enfrentaron todos contra todos.
La Final del Mundial de 1942 se jugó supuestamente entre la selección de la Patagonia y Alemania. Sin que nadie sepa realmente el marcador, el propio Silva Schurmann especula que venció la Patagonia 1-0 a Alemania.
La Gran Guerra concluyó en 1945, y en teoría el siguiente Mundial se tendría que realizar en 1946, pero con el mundo de cabeza y tratando de poner orden de nuevo, una vez más se canceló y se postergó para 1950 teniendo como sede a Brasil que ya había levantado la mano para organizarlo en 1942.